Viaje en tren al pasado (quiero ponerle un color para que el negro o el gris esté lo menos presente posible, ¿qué color tiene el pasado?, depende de las vivencias…)
Monto en el tren. Se me aparece la Estación del Norte, en Madrid. El andén es un río de personas que fluye disperso y agitado. Un ir y venir de cuerpos y mentes que parecen deambular sobre las baldosas que dan acceso a los trenes que paran en esa vía. Si observo bien, cada uno tiene un objetivo, cada cual camina en dirección a su meta, ya programada. Elijo un vagón y un asiento, junto a ventanilla, donde acomodarme.
El tren el que viajo no se detiene en las estaciones de mi JUVENTUD, tampoco en las de mi ADOLESCENCIA; sin embargo, sí que se detiene en mi primera y segunda infancia; aquella que va desde los 3 años a los 9, aproximadamente. Escucho una voz lejana que me indica que sólo he de prestar atención a los acontecimientos felices, a aquellas situaciones o momentos en los que he sentido gozo y entusiasmo. ¡Momentos gozosos y apasionados!
¿QUÉ ME PRODUCE GOZO?
La llegada de mi padre cuando vuelve del trabajo. Es muy cariñoso conmigo. Me veo metiendo mi mano diminuta en uno de los bolsillos de su pantalón y…¡premio!, he encontrado cacahuetes envueltos en una servilleta de bar. Otras veces me trae juguetes y otras golosinas.
Los chicos del barrio son un poco brutos y a la mínima que se meten conmigo se lo digo a mi padre cuando vuelve del trabajo. Me dice que a esos chicos que se meten conmigo los va a “hacer chorizos con la moto”, así que me monta en ella (una Bultazo que a mi me parece la menor y más grande moto del mundo) y ya soy la niña más feliz del mundo. Sonrío, me siento segura y disfruto muchísimo paseándome con mi padre en esa MOTO ENEORME mientras todos los chicos se quedan mirando estupefactos.
Tengo unos 2 años y 6 meses y aún no ha nacido mi hermana Pilar. Vivimos en una casa de la Plaza de los Obispos (familiarmente, la plaza de toros) La casa tiene una amplia cocina de baldosas rojas y por ella se accede a un amplio balcón que no da a la plaza sino a un campo. Allí suelo jugar a comiditas con una batería de cocina y cubiertos que están hechos de aluminio. Sé que a veces juego con mi vecina Inma y la verdad es que lo paso muy, muy bien. Allí le corté el pelo a un vecinito y estuve muy concentrada en la tarea. La verdad es que el disfrute fue muy grande y al chico también le gustó porque se quedó más quieto que un mazo. Otro de los disfrutes mayores que recuerdo, en esta misma casa, fue el día que durante bastante tiempo (o al menos a mí me lo pareció) estuve muy entretenida tirando el “erraz” al piso de abajo (polvo de carbón) puñadito a puñadito…
Me produce mucho gozo los momentos que paso con mi madre en la casa. Ella, desde que yo soy muy pequeña, me ha enseñado muchas cosas. Soy una buena aprendiza y disfruto muchísimo haciendo estas tareas:
Deshilvanar la faena que se trae mi madre de la fábrica textil (“quitar hilos”)
Estar pendiente de mi hermana Pilar y jugar con ella
Recorrer todo el corral (observo los animales, recojo los huevos de las gallinas, me hace mucha gracia que mi madre o padre haya hecho un huevo de escayola para que “esa” gallina no se coma sus propios huevos…)
Punto y ganchillo
Me gusta muchísimo que mi madre me peine con coletas (la mayoría de las veces llevo la melenilla suelta con una cinta blanca) del Recuerdo que prepara con lana unos “coleteros” y le digo: “Voy peinada igual que las del hogar”)
Bueno, y de lo que he disfrutado a tope y me reído y he estado alegre y ha sido un gozo constante, ha sido de la compañía de mis hermanas y primos en casa de mi abuela materna, en la Huerta Embid (casa de los abuelos paternos), por las calles de La Almunia, en las casas de mi tía Albina (recuerdo dos, en Francia), en la casa de mi tía Paz (tienda y corral, sobre todo), en la de mi tía María (me encantaba el granero, aunque me daba un poco de miedo dormir en la habitación)…………………………………………………………………
Recuerdo la primera vez, con unos 7 años y en Cetina, que fui a la Biblioteca del colegio. La sorpresa y el asombro, el deleite, la satisfacción que sentí al ver tantos libros, el ser capaz de elegir entre tantos. Recuerdo que las tapas eran de cartoné y que por lo menos tenía unos 30 cm. De alto y un poco más de la mitad de ancho, No recuerdo el título, sé que era un cuento y que me lo leí degustando y masticando cada palabra. ¡Me encantó!
La primera vez que fui a un cine al aire libre. ¡Fantástico!
He disfrutado de mis fantasías y sueños estando despierta. ¡Y hasta he hablado de cría en voz alta!
Otros momentos gozosos con mi madre: coser vestidos para las muñecas, aprender a coser, dibujar con ella (recuerdo que me ayudó mucho a hacer un ciervo, que después pintamos al óleo), leer…………………………………………………….
Con mi padre he disfrutado muchísimo cogiendo caracoles, yendo a buscar rebollones y setas de cardo, pescando en el río, viendo como hacía barquitos de juncos y presas en la arena…Me hacía gracia cómo dibujaba los coches.
Algunas cosillas sueltas que me han dado mucho placer: Girar sobre mí misma y dar vueltas sin cesar, dar vueltas formando un círculo perfecto, a la lechera llena de leche, andar y andar con la idea de subir unas montañas a las que nunca llegaba, jugar sin cansarme a la goma, a la cuerda (el duble duble se me daba de miedo), llenar un bote vacío (olivas, de esos de plástico y grandes) de moscas que cogía de la puerta de mi abuela, jugar al escondite, leerles cuentos a mis hermanas, escuchar la novela, Lucecita, por la radio junto a mi abuela, recortar vestidos de revistas-catálogo que traía mi tía de Francia y adaptarlos a mis muñecas de papel, disfrazarme con mis hermanas, jugar, jugar, jugar y reír, reír, reír....con santísimas cosas que no tengo tiempo para visualizarlas todas.
Las canciones y las historias que me contaba mi madre………………………………….
Las cosquillas que me hacía mi padre (y a mis hermanas) cuando nos pasábamos un domingo a su cama a punto mañana………………………………………….
La siesta en casa de mi abuela cuando nos cuidaba (hermanas y primos)….
La búsqueda de tesoros en el desván de mi abuela, en la descuidada bodega, en el pajar-establo o en la habitación de mi bisabauela (mi abuelita)…………………………………………………………………………………………………………………………...
CUALIDADES QUE TIENE MI NIÑA
Imaginación y fantasía
Espontaneidad
Curiosidad
Ingenuidad
La risa
Aprender cosas nuevas
Investigación
Nuevas experiencias a diario
Lectura y escritura
El amor por la Naturaleza
El juego
Movimiento (baile, correr y saltar, escalar…) ¡Me encantan las alturas!, sobre todo tirarme de sitios altos.
Aventurera
Habilidad para la inventiva
El contacto físico (expresión de afecto y cariño, emociones y sentimientos…)
La observación y la escucha
La creatividad (El dibujo y la pintura, las labores y manualidades…)
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domingo, 10 de enero de 2010
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