martes, 26 de enero de 2010

AMARILLO, NARANJA Y ROJO






















RELAJACIÓN A TRAVÉS DE LOS COLORES


Paso a paso voy haciendo mi camino. No importa si el avance es lento, no me importa si me canso porque soy consciente de ello y doy reposo a mi cuerpo. La impaciencia, el aburrimiento, la fatiga…hacen su aparición cuando menos me lo espero; sin embargo, no decaigo ni abandono. Descanso como necesito hacer ahora y sigo mi andadura con nueva energía y positividad.

ESCRIBIR SOBRE LA IMPORTANCIA DE LOS COLORES FRE NTE AL GRIS Y NEGRO

Elijo mi sitio y una postura cómoda. Cierro los ojos.
Presto atención a los sonidos exteriores. Escucho e incorporo esos sonidos a mi proceso de relajación. Forman parte de ese momento y me ayudan a calmar mi mente, serenar mi espíritu y liberar a mi cuerpo de tensiones…
Presto atención a la postura que adopto, a todo mi cuerpo de cabeza a pies…y rectifico mi postura si el cuerpo me lo pide…
Imagino una escalera. Estoy en la parte superior mirando hacia abajo. Me doy cuenta de que faltan diez escalones para llegar al final. Voy bajando esos diez escalones muy lentamente, siendo consciente de mis movimientos…Voy contando mientras bajo. Del diez al cero, muy despacio. Cada vez que bajo un escalón noto los músculos más distendidos, calor en algunas zonas…Me voy relajando más y más…
He llegado al final de la escalera y junto a mí hay una gran puerta, muy maciza y cerrada a cal y canto. Traspasar esa puerta significa adentrarse en un Mundo de Salud y Bienestar Físico en un mundo en el que el dolor no existe. Sólo puedo abrirla si meto mis sufrimientos, molestias, dolores, tensiones, síntomas o enfermedad…Me imagino introduciendo esos “dolores” en el baúl, uno a uno y dándome cuenta de cómo afectan en mi vida y como sería ésta si desaparecieran…Cuando lo he hecho, la puerta e abre.
Llevo conmigo un saquete donde guardo un recipiente que contiene “Aceite Dorado y Cálido”. Cuando lo abro dispongo de la capacidad de hacerme muy pequeña y meterme en mi propio cuerpo. Soy como un técnico y como tal me dirijo hacia el lugar donde está localizada la “avería”…En cada zona, en cada órgano voy extendiendo ese aceite, dorado y cálido hasta que la zona adquiera ese color al estar cubierta totalmente…Me aparto un poco de esa zona y la observo en su globalidad…Entonces veo como van surgiendo unos “rayos dorados de salud y bienestar”, desde ese centro hacia todas las partes de mi cuerpo…Los rayos se dispersan en todas direcciones e irradian de Luz y Calor todas las zonas corporales, los órganos y hasta la más pequeña de las células…

La puerta permanece abierta y me adentro en una especie de santuario, en un lugar de Paz y Tranquilidad…Me doy cuenta de cómo es este lugar y observo en detalle el ambiente sintiendo una inmensa tranquilidad…Estoy ahí y centro la atención en mi respiración. Cada vez que inspiro el aire que entra en mi cuerpo es de color rojo…Cada vez que suelto el aire, ese rojo sale del cuerpo y va coloreando la estancia en la que estoy…Hago esto tres o cuatro veces…
Vuelvo a focalizar la atención en cómo respiro. Esta vez, al coger aire, éste se transforma en naranja y, al expulsarlo, va coloreando todo de este mismo color…Repito esta práctica tres o cuatro veces…
Sigo fijándome en la respiración y al inspirar, el naranja se vuelve amarillo y va tiñéndolo todo de esta tonalidad cuando espiro…
Me doy cuanta durante unos segundos de la sensación global de mi cuerpo, disfrutándola…

Salgo de este lugar de tranquilidad y la puerta se cierra tras de mí. Ahí puedo ver los diez escalones. Ahí está el baúl encerrando mis dolencias, aunque ahora sé a ciencia cierta que algunas están ya a punto de desaparecer…Empiezo a subir muy lentamente los escalones, contando de cero a diez…Cada vez que subo un escalón voy saliendo de la relajación…Cuando llego al final respiro profundamente dos o tres veces. Lleno bien mis pulmones, retengo el aire un instante y lo voy soltando muy lentamente hasta que siento que la espiración es más larga que la inspiración…Mientras lo hago me digo una palabra o una frase sencilla y directa que se asocie a mi sensación global del momento…
Voy moviéndome poco a poco, incorporando movimientos a mis manos, pies, cabeza…Me voy girando, me estiro, bostezo…Lo que mi cuerpo me pida…Después abro los ojos y me dejo llevar durante el tiempo que necesite por esa sensación de bienestar…

viernes, 22 de enero de 2010

Luz en el Corazón y Recuperación de la Energía

Un paseo por el casco viejo serena el alma y aviva la imaginación





Un paseo descalza por la arena o la hierba y jugar al aire libre recarga las pilas que gastamos con el exceso de responsabilidades, trabajo............












Compartir un refresco estimula de forma positiva el ánimo y el espíritu









Luz en corazón para las personas que más quiero: la familia, los amigos, los conocidos, los compañeros, los vecinos, los que están lejos y cerca...........................................














Luz en el corazón

Vivo con otras personas con las que de un modo u otro entro en contacto o me comunico. Los conocidos, las amistades, los compañeros, los vecinos, los amigos, los familiares establecen algún tipo de relación conmigo y no es de extrañar que en ocasiones no comparta sus opiniones, me enfade, me enfrente directamente o discuta. En estas situaciones la rabia hace acto de presencia y si no logro canalizarla de forma positiva solucionando la situación, esa primera sensación de rabia puede llegar a convertirse en resentimiento o en odio.
La mejor manera de encontrar una solución es dialogar, de forma directa y honesta, con la otra persona; sin embargo, no sería la primera vez que me cuesta dar el primer paso, acercarme a la otra persona con bandera blanca y ser empático.
Por eso, cuando me encuentro con experiencias de este tipo, pongo en práctica como paso previo al reencuentro con el otro, la siguiente visualización:

Puedo elegir cualquier lugar para acomodarme, así que me decido por hacerlo en el suelo sobre una manta, alfombra o esterilla…Contacto con las sensaciones de mi cuerpo y aplico la técnica de relajación que me apetezca más…Una vez que haya entrado en una relajación profunda, llevo la atención a mi corazón, dándome cuenta de su tamaña, de los latidos…Si no “escucho” esos latidos que vienen directamente del corazón, me fijo en cualquier parte del cuerpo en la que pueda sentir el pulso…Durante unos segundos me dejo llevar por el ritmo de las pulsaciones, sin analizar, sin querer cambiarlo…Imagino que en mi corazón nace una luz cálida y resplandeciente, una luz que se intensifica con cada latido…Percibo como poco a va creciendo y va extendiéndose por todo mi cuerpo…En este momento visualizo a esas personas con las que me gustaría tener una relación más cercana o en esas con las que me gustaría compartir mi amor. Tal vez acudan a mi mente dos, tres o más; no importa, me permito que surjan, que vengan a mí…Ahí están juntas esas personas y aún puedo sentir la luz irradiándose por todo mi cuerpo desde el corazón. Es ahora cuando esa luz sale de mí, cuando se va alejando y se posa justo encima de las cabezas de esas personas…Imagina que esa luz, con su brillo y color penetra en cada una de esas personas…Una por una por diciendo, con una frase corta y sencilla, qué quiero ofrecerles…”Quiero que seas feliz”, “Te envío fortaleza”, “En ti entra la salud”, “Todos tus poros exhalan alegría”, "Amor" o cualquier otra frase que encaje con lo que pretendo dar…Presto atención a mi respiración y cada vez que inspiro la luz se vuelve más cálida y brillante, con fuerza…Cada vez que espiro esa luz penetra en esa persona y es entonces cuando digo interiormente la frase elegida para ella…Hago esto varias veces con cada una de esas personas…Cuando haya finalizado la experiencia respiro profundamente un par de veces, me doy las gracias por haber estado conmigo este tiempo, empiezo a mover poco a poco distintas partes de mi cuerpo…y abro los ojos.


RECUPERACIÓN DE LA ENERGÍA

Hay días en los que el cansancio, la apatía, el desánimo, la falta de motivación, el aburrimiento o la falta de vitalidad en general; se presentan sin haber sido invitados y se acomodan cerca de mí sin dejarme disfrutar plenamente de la vida. Es en estas circunstancias cuando, aprovechando ciertos instantes de lucidez y de querer alejarme de todo esto, me dedico unos minutos para restablecerme, para recuperar esa energía perdida.
Saber cual es el origen del desánimo, conocer qué ha provocado mi apatía…, es el primer paso que he de dar para alejarme de estos impedimentos en el presente y en el futuro. Descubrir las sensaciones del momento y adentrarme en ellas sin querer modificarlas desde la razón, me ayudará a saber más acerca de lo que me pasa y si consigo no perderme en interpretaciones de carácter intelectual me sorprenderé sintiendo algo distinto a esa primera sensación que tanto me incomodaba.
Puedo poner en práctica algunos experimentos como los que a continuación presento:

La Energía Vital

El primer paso es la relajación…Una vez que siento mi cuerpo más distendido y mi mente menos activa, menos llena de pensamientos, recreo en mi mente una situación actual en la que me encuentro desanimado, sin fuerzas o desmotivado para hacer algo…Entonces puedo sentir como mi energía interior sale de mi cuerpo y puedo verla porque de alguna forma se ha hecho material…Me doy cuenta de cómo es: luminosa, brillante, compacta, fluida, ligera, coloreada…La observo durante un momento y le digo loa que siento al tenerla ahí, fuera de mí…, dile qué necesitas de ella…(necesito de ti…) Mentalmente haz una lista de alguna de las características de esa energía. Puedo usar adjetivos para calificarla o nombres comunes como voluntad, actividad, optimismo, vitalidad, alegría…Por un momento salgo de mi cuerpo y me convierto en esa energía. ¿Cómo soy siendo esa energía?.. .¿Cómo me siento?, ¿Qué hago?...Siendo esa energía me dirijo a mí mismo, puedo verme frente a esa energía que soy ahora…Como energía me dirijo a mí mismo y me digo para qué sirvo como energía, para qué me puede utilizar…Mantengo un diálogo entre esa energía que soy y esa persona que está frente a mí y que también me representa…Una vez que he terminado el diálogo, que he cogido para mí parte de las cualidades de la energía, imagino que ésta se va difuminando poco a poco y penetra en todo mi cuerpo…Procuro no analizar nada, simplemente me dejo llevar por las sensaciones que experimento cuando esa fuerza penetra en mí…Ahora está conmigo, está en mi interior y me va a ayudar a despedirme de mi pena, mi apatía, mi desazón…Sé la utilidad que tiene la energía y puedo sentir la seguridad y la confianza que vuelven a renacer en mí…Respiro hondamente esta sensación y me estoy con ella durante unos minutos…Contacto con mis sensaciones corporales y abro los ojos…

Cuando me siento carente de fuerzas, bloqueada en algún punto del flujo energético, con mi energía potencial y fuerza interior, ésta experiencia me ayuda a dejar atrás la desmotivación o cualquier otro estado de ánimo asociado a la inactividad.

El fluir de mi consciencia

Me coloco en un lugar cómodo donde voy a estar tranquilo para ponerme en contacto conmigo mismo y poder saborear todo aquello que voy sintiendo en cada momento. Cerrar los ojos me ayuda a escuchar y a perderme en las sensaciones corporales. Con los ojos cerrados estimulo la glándula pineal y todos los sentidos, excepto la vista, se agudizan. Con los ojos cerrados a las imágenes de fuera y abiertos a las percepciones internas o externas, voy siendo consciente de:

o Las sensaciones corporales
o Los propios sentimientos y emociones
o Los sonidos del mundo exterior
o Los pensamientos y las fantasías

Dedico nos minutos a ser consciente y a permitirme fluir con libertad. Si en algún momento hay algo que interrumpa mi darme cuenta, aparece algún bloqueo que me impide continuar mi travesía, simplemente lo hago presente.









Pasados unos minutos, abro los ojos y escribo Ahora soy consciente de…, añadiendo todo aquello de lo que me he dado cuenta. Cuando escribo procuro describir mis percepciones con el mayor detalle posible (vg. “Ahora soy consciente de que estoy cansado” me da información sobre el estado en el que me encuentro; sin embargo, la percepción es ambigua. Si escribo: “Ahora soy consciente de que me duele el hombro derecho, de que siento tensión en los hombros y el cuello, de que suspiro a menudo…”, amplío el campo de consciencia, reúno una serie de datos con los que podré inferir que “estoy cansado”)

Cuando ya he completado la lista, la repaso para fijarme en qué área de la consciencia he hecho hincapié. Tal vez soy más consciente de los ruidos del exterior, o de las sensaciones corporales o de la relacionada con lo racional, intelectual…Yendo un poco más allá, reflexiono sobre mis percepciones en mi vida cotidiana. ¿Qué es lo que predomina en mí?, ¿las sensaciones corporales?, ¿el mundo exterior?, ¿el mundo de los pensamientos?...
Si en mi vida funciono más desde mis sensaciones corporales es muy probable que esté tan pendiente de mi cuerpo que esto pueda ser motivo de bloqueo, de malestar. Tal vez esté tan sumamente pendiente de lo que pasa en mi cuerpo que cada picor, cada tensión, cada dolor o cada sensación física; me transmita una sensación de inquietud o de angustia, una sensación que el cerebro recogerá dando la voz de alarma por medio de una serie de pensamientos que me alejan de la realidad. Así; pensar que me voy a ahogar cuando me falta el aire por haber caminado rápidamente, pensar que tengo alergia porque me pica la pierna o que me va a dar un infarto porque el corazón me late con más fuerza y rapidez mientras subo las escaleras…, me desvía de la experiencia del momento

domingo, 10 de enero de 2010

Soy un símbolo

Me coloco en un lugar tranquilo, preferentemente un sofá…Si me tumbo sobre el sofá coloco mis brazos paralelos al cuerpo o pongo mis manos, sin cruzar, sobre el abdomen…Los talones sobre una almohada, bien apoyados y el pie derecho hacia la derecha y el izquierdo hacia la izquierda…Cierro los ojos…Si lo necesito me muevo un poco hasta encontrar la postura más cómoda…Soy consciente de las sensaciones que tengo en los pies…la temperatura, un ligero hormigueo que es el circular de la sangre…Me voy dando cuenta de cada sensación sin querer cambiarla…Si en algún momento mi mente se despista o escucho los sonidos del exterior, me doy cuenta y enseguida vuelvo a prestar atención a mis sensaciones…Localizo ahora mi atención en la respiración, soy consciente de cómo entra el aire por la nariz, de cómo lo suelto por la nariz o por la boca…Me doy cuenta de cómo respiro y de ese vaivén del abdomen cada vez que respiro…Cada vez que inspiro la zona abdominal se eleva, se hincha un poquito…Cada vez que espiro el estómago baja, se deshincha…Durante unos minutos soy consciente de mi modo de respirar ahora…

Cuanto me siento relajada y tranquila dejo que mi mente genere una imagen: un paisaje, un fenómeno atmosférico, un animal, una planta, un objeto…Procuro no “controlar”, no manipular mi imaginación y repito para mí misma “un fenómeno atmosférico”…enseguida aparece la imagen de un camino de montaña por el que desciende la lava de un volcán en erupción…Soy consciente de que esa imagen es una creación mía del momento, no sólo es una parte de mí, sino que de alguna manera soy yo…Sigo visualizando la imagen de la lava mientras me digo: “YO SOY ESA LAVA…Siento que desciendo a gran velocidad por la pendiente del camino. A mi paso todo lo arraso. Me siento suave al descender, no soy brusca; sin embargo abraso. Sigo viéndome y sintiéndome como lava. Empieza a llover y me voy enfriando poco a poco hasta convertirme en una masa sólida que todo lo cubre. Dentro de mí, al contacto con el agua, se ha gestado la obsidiana y yo también soy obsidiana…”

Estoy en un momento de mi vida, como lo he estado en otras muchas ocasiones, en el que el camino se presenta y se extiende frente a mí. Desde el interior de mi refugio; entre mis enfermedades, mis desamores, mis miedos, mis desvelos, mis ansiedades y depresiones, mi desesperanza y mi amargura…, soy por fin consciente de que he de volar por mí misma. En ese instante, a través de un segundo de lucidez, me doy cuenta de que no puedo seguir así. Me doy cuenta de que no quiero seguir compadeciéndome. Me doy cuenta de que no quiero seguir siendo víctima. Me doy cuenta de que los demás no son responsables de mis males. Me doy cuenta de que he caído a un pozo sin fondo…y lo he tocado.
Me doy cuenta ¡por fin! de que puedo mejorar, puedo solucionar mis problemas, puedo tomar mis propias decisiones, puedo amar, puedo ser, de una vez por todas, yo misma. Y todo esto, además, quiero lograrlo de verdad, desde el convencimiento más certero y con la voluntad más tenaz.

He de empezar el principio. Ese principio que es mi momento de ahora. Si quiero comenzar el viaje necesito un equipaje ligero, así que antes de la partida tendré que prepararme física, mental y espiritualmente para echarme al camino sin volver la vista atrás.

He estado tan alejado de la realidad y de mí misma durante este tiempo atrás que, en este preciso instante he de hacer conscientes en primer lugar, mis necesidades reales.
Viaje en tren al pasado (quiero ponerle un color para que el negro o el gris esté lo menos presente posible, ¿qué color tiene el pasado?, depende de las vivencias…)

Monto en el tren. Se me aparece la Estación del Norte, en Madrid. El andén es un río de personas que fluye disperso y agitado. Un ir y venir de cuerpos y mentes que parecen deambular sobre las baldosas que dan acceso a los trenes que paran en esa vía. Si observo bien, cada uno tiene un objetivo, cada cual camina en dirección a su meta, ya programada. Elijo un vagón y un asiento, junto a ventanilla, donde acomodarme.

El tren el que viajo no se detiene en las estaciones de mi JUVENTUD, tampoco en las de mi ADOLESCENCIA; sin embargo, sí que se detiene en mi primera y segunda infancia; aquella que va desde los 3 años a los 9, aproximadamente. Escucho una voz lejana que me indica que sólo he de prestar atención a los acontecimientos felices, a aquellas situaciones o momentos en los que he sentido gozo y entusiasmo. ¡Momentos gozosos y apasionados!

¿QUÉ ME PRODUCE GOZO?

La llegada de mi padre cuando vuelve del trabajo. Es muy cariñoso conmigo. Me veo metiendo mi mano diminuta en uno de los bolsillos de su pantalón y…¡premio!, he encontrado cacahuetes envueltos en una servilleta de bar. Otras veces me trae juguetes y otras golosinas.

Los chicos del barrio son un poco brutos y a la mínima que se meten conmigo se lo digo a mi padre cuando vuelve del trabajo. Me dice que a esos chicos que se meten conmigo los va a “hacer chorizos con la moto”, así que me monta en ella (una Bultazo que a mi me parece la menor y más grande moto del mundo) y ya soy la niña más feliz del mundo. Sonrío, me siento segura y disfruto muchísimo paseándome con mi padre en esa MOTO ENEORME mientras todos los chicos se quedan mirando estupefactos.

Tengo unos 2 años y 6 meses y aún no ha nacido mi hermana Pilar. Vivimos en una casa de la Plaza de los Obispos (familiarmente, la plaza de toros) La casa tiene una amplia cocina de baldosas rojas y por ella se accede a un amplio balcón que no da a la plaza sino a un campo. Allí suelo jugar a comiditas con una batería de cocina y cubiertos que están hechos de aluminio. Sé que a veces juego con mi vecina Inma y la verdad es que lo paso muy, muy bien. Allí le corté el pelo a un vecinito y estuve muy concentrada en la tarea. La verdad es que el disfrute fue muy grande y al chico también le gustó porque se quedó más quieto que un mazo. Otro de los disfrutes mayores que recuerdo, en esta misma casa, fue el día que durante bastante tiempo (o al menos a mí me lo pareció) estuve muy entretenida tirando el “erraz” al piso de abajo (polvo de carbón) puñadito a puñadito…

Me produce mucho gozo los momentos que paso con mi madre en la casa. Ella, desde que yo soy muy pequeña, me ha enseñado muchas cosas. Soy una buena aprendiza y disfruto muchísimo haciendo estas tareas:

 Deshilvanar la faena que se trae mi madre de la fábrica textil (“quitar hilos”)
 Estar pendiente de mi hermana Pilar y jugar con ella
 Recorrer todo el corral (observo los animales, recojo los huevos de las gallinas, me hace mucha gracia que mi madre o padre haya hecho un huevo de escayola para que “esa” gallina no se coma sus propios huevos…)
 Punto y ganchillo

Me gusta muchísimo que mi madre me peine con coletas (la mayoría de las veces llevo la melenilla suelta con una cinta blanca) del Recuerdo que prepara con lana unos “coleteros” y le digo: “Voy peinada igual que las del hogar”)

Bueno, y de lo que he disfrutado a tope y me reído y he estado alegre y ha sido un gozo constante, ha sido de la compañía de mis hermanas y primos en casa de mi abuela materna, en la Huerta Embid (casa de los abuelos paternos), por las calles de La Almunia, en las casas de mi tía Albina (recuerdo dos, en Francia), en la casa de mi tía Paz (tienda y corral, sobre todo), en la de mi tía María (me encantaba el granero, aunque me daba un poco de miedo dormir en la habitación)…………………………………………………………………

Recuerdo la primera vez, con unos 7 años y en Cetina, que fui a la Biblioteca del colegio. La sorpresa y el asombro, el deleite, la satisfacción que sentí al ver tantos libros, el ser capaz de elegir entre tantos. Recuerdo que las tapas eran de cartoné y que por lo menos tenía unos 30 cm. De alto y un poco más de la mitad de ancho, No recuerdo el título, sé que era un cuento y que me lo leí degustando y masticando cada palabra. ¡Me encantó!

La primera vez que fui a un cine al aire libre. ¡Fantástico!

He disfrutado de mis fantasías y sueños estando despierta. ¡Y hasta he hablado de cría en voz alta!

Otros momentos gozosos con mi madre: coser vestidos para las muñecas, aprender a coser, dibujar con ella (recuerdo que me ayudó mucho a hacer un ciervo, que después pintamos al óleo), leer…………………………………………………….

Con mi padre he disfrutado muchísimo cogiendo caracoles, yendo a buscar rebollones y setas de cardo, pescando en el río, viendo como hacía barquitos de juncos y presas en la arena…Me hacía gracia cómo dibujaba los coches.

Algunas cosillas sueltas que me han dado mucho placer: Girar sobre mí misma y dar vueltas sin cesar, dar vueltas formando un círculo perfecto, a la lechera llena de leche, andar y andar con la idea de subir unas montañas a las que nunca llegaba, jugar sin cansarme a la goma, a la cuerda (el duble duble se me daba de miedo), llenar un bote vacío (olivas, de esos de plástico y grandes) de moscas que cogía de la puerta de mi abuela, jugar al escondite, leerles cuentos a mis hermanas, escuchar la novela, Lucecita, por la radio junto a mi abuela, recortar vestidos de revistas-catálogo que traía mi tía de Francia y adaptarlos a mis muñecas de papel, disfrazarme con mis hermanas, jugar, jugar, jugar y reír, reír, reír....con santísimas cosas que no tengo tiempo para visualizarlas todas.

Las canciones y las historias que me contaba mi madre………………………………….

Las cosquillas que me hacía mi padre (y a mis hermanas) cuando nos pasábamos un domingo a su cama a punto mañana………………………………………….

La siesta en casa de mi abuela cuando nos cuidaba (hermanas y primos)….

La búsqueda de tesoros en el desván de mi abuela, en la descuidada bodega, en el pajar-establo o en la habitación de mi bisabauela (mi abuelita)…………………………………………………………………………………………………………………………...

CUALIDADES QUE TIENE MI NIÑA

 Imaginación y fantasía
 Espontaneidad
 Curiosidad
 Ingenuidad
 La risa
 Aprender cosas nuevas
 Investigación
 Nuevas experiencias a diario
 Lectura y escritura
 El amor por la Naturaleza
 El juego
 Movimiento (baile, correr y saltar, escalar…) ¡Me encantan las alturas!, sobre todo tirarme de sitios altos.
 Aventurera
 Habilidad para la inventiva
 El contacto físico (expresión de afecto y cariño, emociones y sentimientos…)
 La observación y la escucha
 La creatividad (El dibujo y la pintura, las labores y manualidades…)
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