viernes, 22 de enero de 2010

Luz en el Corazón y Recuperación de la Energía

Un paseo por el casco viejo serena el alma y aviva la imaginación





Un paseo descalza por la arena o la hierba y jugar al aire libre recarga las pilas que gastamos con el exceso de responsabilidades, trabajo............












Compartir un refresco estimula de forma positiva el ánimo y el espíritu









Luz en corazón para las personas que más quiero: la familia, los amigos, los conocidos, los compañeros, los vecinos, los que están lejos y cerca...........................................














Luz en el corazón

Vivo con otras personas con las que de un modo u otro entro en contacto o me comunico. Los conocidos, las amistades, los compañeros, los vecinos, los amigos, los familiares establecen algún tipo de relación conmigo y no es de extrañar que en ocasiones no comparta sus opiniones, me enfade, me enfrente directamente o discuta. En estas situaciones la rabia hace acto de presencia y si no logro canalizarla de forma positiva solucionando la situación, esa primera sensación de rabia puede llegar a convertirse en resentimiento o en odio.
La mejor manera de encontrar una solución es dialogar, de forma directa y honesta, con la otra persona; sin embargo, no sería la primera vez que me cuesta dar el primer paso, acercarme a la otra persona con bandera blanca y ser empático.
Por eso, cuando me encuentro con experiencias de este tipo, pongo en práctica como paso previo al reencuentro con el otro, la siguiente visualización:

Puedo elegir cualquier lugar para acomodarme, así que me decido por hacerlo en el suelo sobre una manta, alfombra o esterilla…Contacto con las sensaciones de mi cuerpo y aplico la técnica de relajación que me apetezca más…Una vez que haya entrado en una relajación profunda, llevo la atención a mi corazón, dándome cuenta de su tamaña, de los latidos…Si no “escucho” esos latidos que vienen directamente del corazón, me fijo en cualquier parte del cuerpo en la que pueda sentir el pulso…Durante unos segundos me dejo llevar por el ritmo de las pulsaciones, sin analizar, sin querer cambiarlo…Imagino que en mi corazón nace una luz cálida y resplandeciente, una luz que se intensifica con cada latido…Percibo como poco a va creciendo y va extendiéndose por todo mi cuerpo…En este momento visualizo a esas personas con las que me gustaría tener una relación más cercana o en esas con las que me gustaría compartir mi amor. Tal vez acudan a mi mente dos, tres o más; no importa, me permito que surjan, que vengan a mí…Ahí están juntas esas personas y aún puedo sentir la luz irradiándose por todo mi cuerpo desde el corazón. Es ahora cuando esa luz sale de mí, cuando se va alejando y se posa justo encima de las cabezas de esas personas…Imagina que esa luz, con su brillo y color penetra en cada una de esas personas…Una por una por diciendo, con una frase corta y sencilla, qué quiero ofrecerles…”Quiero que seas feliz”, “Te envío fortaleza”, “En ti entra la salud”, “Todos tus poros exhalan alegría”, "Amor" o cualquier otra frase que encaje con lo que pretendo dar…Presto atención a mi respiración y cada vez que inspiro la luz se vuelve más cálida y brillante, con fuerza…Cada vez que espiro esa luz penetra en esa persona y es entonces cuando digo interiormente la frase elegida para ella…Hago esto varias veces con cada una de esas personas…Cuando haya finalizado la experiencia respiro profundamente un par de veces, me doy las gracias por haber estado conmigo este tiempo, empiezo a mover poco a poco distintas partes de mi cuerpo…y abro los ojos.


RECUPERACIÓN DE LA ENERGÍA

Hay días en los que el cansancio, la apatía, el desánimo, la falta de motivación, el aburrimiento o la falta de vitalidad en general; se presentan sin haber sido invitados y se acomodan cerca de mí sin dejarme disfrutar plenamente de la vida. Es en estas circunstancias cuando, aprovechando ciertos instantes de lucidez y de querer alejarme de todo esto, me dedico unos minutos para restablecerme, para recuperar esa energía perdida.
Saber cual es el origen del desánimo, conocer qué ha provocado mi apatía…, es el primer paso que he de dar para alejarme de estos impedimentos en el presente y en el futuro. Descubrir las sensaciones del momento y adentrarme en ellas sin querer modificarlas desde la razón, me ayudará a saber más acerca de lo que me pasa y si consigo no perderme en interpretaciones de carácter intelectual me sorprenderé sintiendo algo distinto a esa primera sensación que tanto me incomodaba.
Puedo poner en práctica algunos experimentos como los que a continuación presento:

La Energía Vital

El primer paso es la relajación…Una vez que siento mi cuerpo más distendido y mi mente menos activa, menos llena de pensamientos, recreo en mi mente una situación actual en la que me encuentro desanimado, sin fuerzas o desmotivado para hacer algo…Entonces puedo sentir como mi energía interior sale de mi cuerpo y puedo verla porque de alguna forma se ha hecho material…Me doy cuenta de cómo es: luminosa, brillante, compacta, fluida, ligera, coloreada…La observo durante un momento y le digo loa que siento al tenerla ahí, fuera de mí…, dile qué necesitas de ella…(necesito de ti…) Mentalmente haz una lista de alguna de las características de esa energía. Puedo usar adjetivos para calificarla o nombres comunes como voluntad, actividad, optimismo, vitalidad, alegría…Por un momento salgo de mi cuerpo y me convierto en esa energía. ¿Cómo soy siendo esa energía?.. .¿Cómo me siento?, ¿Qué hago?...Siendo esa energía me dirijo a mí mismo, puedo verme frente a esa energía que soy ahora…Como energía me dirijo a mí mismo y me digo para qué sirvo como energía, para qué me puede utilizar…Mantengo un diálogo entre esa energía que soy y esa persona que está frente a mí y que también me representa…Una vez que he terminado el diálogo, que he cogido para mí parte de las cualidades de la energía, imagino que ésta se va difuminando poco a poco y penetra en todo mi cuerpo…Procuro no analizar nada, simplemente me dejo llevar por las sensaciones que experimento cuando esa fuerza penetra en mí…Ahora está conmigo, está en mi interior y me va a ayudar a despedirme de mi pena, mi apatía, mi desazón…Sé la utilidad que tiene la energía y puedo sentir la seguridad y la confianza que vuelven a renacer en mí…Respiro hondamente esta sensación y me estoy con ella durante unos minutos…Contacto con mis sensaciones corporales y abro los ojos…

Cuando me siento carente de fuerzas, bloqueada en algún punto del flujo energético, con mi energía potencial y fuerza interior, ésta experiencia me ayuda a dejar atrás la desmotivación o cualquier otro estado de ánimo asociado a la inactividad.

El fluir de mi consciencia

Me coloco en un lugar cómodo donde voy a estar tranquilo para ponerme en contacto conmigo mismo y poder saborear todo aquello que voy sintiendo en cada momento. Cerrar los ojos me ayuda a escuchar y a perderme en las sensaciones corporales. Con los ojos cerrados estimulo la glándula pineal y todos los sentidos, excepto la vista, se agudizan. Con los ojos cerrados a las imágenes de fuera y abiertos a las percepciones internas o externas, voy siendo consciente de:

o Las sensaciones corporales
o Los propios sentimientos y emociones
o Los sonidos del mundo exterior
o Los pensamientos y las fantasías

Dedico nos minutos a ser consciente y a permitirme fluir con libertad. Si en algún momento hay algo que interrumpa mi darme cuenta, aparece algún bloqueo que me impide continuar mi travesía, simplemente lo hago presente.









Pasados unos minutos, abro los ojos y escribo Ahora soy consciente de…, añadiendo todo aquello de lo que me he dado cuenta. Cuando escribo procuro describir mis percepciones con el mayor detalle posible (vg. “Ahora soy consciente de que estoy cansado” me da información sobre el estado en el que me encuentro; sin embargo, la percepción es ambigua. Si escribo: “Ahora soy consciente de que me duele el hombro derecho, de que siento tensión en los hombros y el cuello, de que suspiro a menudo…”, amplío el campo de consciencia, reúno una serie de datos con los que podré inferir que “estoy cansado”)

Cuando ya he completado la lista, la repaso para fijarme en qué área de la consciencia he hecho hincapié. Tal vez soy más consciente de los ruidos del exterior, o de las sensaciones corporales o de la relacionada con lo racional, intelectual…Yendo un poco más allá, reflexiono sobre mis percepciones en mi vida cotidiana. ¿Qué es lo que predomina en mí?, ¿las sensaciones corporales?, ¿el mundo exterior?, ¿el mundo de los pensamientos?...
Si en mi vida funciono más desde mis sensaciones corporales es muy probable que esté tan pendiente de mi cuerpo que esto pueda ser motivo de bloqueo, de malestar. Tal vez esté tan sumamente pendiente de lo que pasa en mi cuerpo que cada picor, cada tensión, cada dolor o cada sensación física; me transmita una sensación de inquietud o de angustia, una sensación que el cerebro recogerá dando la voz de alarma por medio de una serie de pensamientos que me alejan de la realidad. Así; pensar que me voy a ahogar cuando me falta el aire por haber caminado rápidamente, pensar que tengo alergia porque me pica la pierna o que me va a dar un infarto porque el corazón me late con más fuerza y rapidez mientras subo las escaleras…, me desvía de la experiencia del momento